La intervención de las empresas públicas y privadas en el camino hacia una accesibilidad universal es fundamental para lograrla. Por ello, tienen un papel fundamental los esfuerzos que realizan las entidades a las que representaban los ponentes de la mesa redonda Accesibilidad y Empresa de los Encuentros ABC Discapacidad. Y así dejaron constancia de ello.
Fue precisamente Jesús Celada, subdirector general del diálogo civil del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, quien introdujo en el debate el concepto «accesibilidad universal», un término al que se enfrentó cuando este ingeniero decidió enfocar su profesión hacia lo social hace 8 años y entró en el Real Patronato sobre Discapacidad. «Antes asociaba la accesibilidad exclusivamente a la eliminación de barreras arquitectónicas pero hay mucho más allá. En el 98 se introdujo el concepto de Accesibilidad Universal». De su puesta en marcha se beneficia toda la sociedad «porque todos tenemos una discapacidad a lo largo del día», y para desarrollarla tienen cabida todas las profesiones.
Por ello, desde la Universidad de Sevilla, formada por estudiantes que aspiran a todas estas profesiones, se esfuerzan por lograr una universidad accesible. Además, un total de 624 alumnos de la Universidad de Sevilla tienen una discapacidad reconocida. Ana María López, vicerrectora de servicios sociales y comunitarios de la Universidad de Sevilla, apuntó a la tarea transversal en cuanto a la atención a la discapacidad con la participación de toda la comunidad universitaria a través de numerosos servicios. «Resaltamos siempre la necesidad de una atención integral, que nosotros articulamos a través del Plan de Atención a las Personas con Discapacidad», explicó.
Este plan se desarrolla a través de cuatro pilares básicos: la atención personalizada, la sensibilización y formación de toda la comunidad universitaria, la investigación y la responsabilidad social. «Tenemos que pensar también en aquellas personas que no forman parte de la universidad, con acciones como prácticas profesionales en nuestros servicios. Ahora mismo la están realizando usuarios de Albatros y empezarán en breve de Autismo Sevilla. También vamos a desarrollar el proyecto ‘viviendas inclusivas’ para fomentar la autonomía de personas con discapacidad mediante la convivencia con estudiantes de su misma edad».
Quien sabe de primera mano qué supone para un alumno con discapacidad enfrentarse a barreras es Jesús Hernández, director de accesibilidad e innovación de Fundación ONCE. Jesús compartió con los presentes su experiencia como alumno en silla de ruedas hace 30 años, no sin cierto humor: «Tenía que ir a clase en ambulancia de la Cruz Roja, donde se hacía la mili, y venían a recogerme unos militares», recordó. Se ha avanzado desde entonces, gracias en gran parte al trabajo de la ONCE.
En 20 años, la fundación ONCE, con la colaboración del IMSERSO, ha aportado 220 millones de euros para subvencionar obras de ayuntamientos; ha formado en materia de accesibilidad a técnicos municipales y a profesionales de todo tipo como periodistas, psicólogos o profesores; ha elaborado material para 20 carreras denominado «Diseño para todos»; y ha invertido en I+D+I junto a la Fundación Vodafone. «El reto próximo es abrir las viviendas que ahora son verdaderas cárceles y no permiten a la persona envejecer allí, sólo el 2% de las viviendas de España cumple todos los criterios de accesibilidad», añadió.
La Fundación AON, una corporación dedicada a la gestión y tratamiento de los riesgos y las personas, nace con tres fines: uno social para integrar a personas en riesgo de exclusión en el mercado laboral y la sociedad, el impulso del arte y la cultura y, por último, las catástrofes. «Los dos términos que ya se han planteado, de accesibilidad universal y diseño para todos, son muy importantes para AON», indicó en su intervención Pedro Tomey, director general de la fundación, «las personas con discapacidad siempre han estado en el foco de todos nuestros fines». «Si hablamos de catástrofes, que es por lo que se nos conocerá en el futuro más intensamente a nuestra fundación, vemos si estamos preparados en emergencias en cuanto al tratamiento de la discapacidad, y también que como consecuencia de estas se generan discapacidades, desgraciadamente».
Para ayudar en esta problemática la fundación colabora en proyectos con otras entidades, como la Fundación ONCE, con el diseño para todos o aportando recursos económico y voluntarios preparados para una situación de catástrofe. Pedro Tomey sacó a relucir también un programa de formación de AON para personas con discapacidad.
A su vez, Bidafarma, invitada a la mesa con su gerente de proyectos sanitarios, Concha Ramos, aportó su programa «Salud en Casa». Esta empresa nace en 2017 como intermediaria entre los laboratorios fabricantes y más de 9.000 farmacias de España. El programa mencionado «supone un acercamiento de ayudas técnicas a toda persona que lo necesite independientemente de su lugar de residencia y también a las asociaciones de pacientes, porque entendemos que es importante concienciar a la sociedad sobre la realidad de muchos grupos de personas con una determinada patología», explicó Ramos.
También toda la sociedad está incluida en Bankinter, «un banco con una trayectoria en estrategia inclusiva de largo recorrido y pionera en este aspecto», puntualizó Raquel Azcárraga Bonilla, directora de RSE de Bankinter. «Fuimos los primeros en poner en marcha en España canales a distancia como es la banca móvil, y también en la consideración de colectivos con distintas capacidades».
«Nuestra estrategia es la apuesta decidida por seguir trabajando en materia de accesibilidad y por hacer una entidad inclusiva. En el proyecto Banco para todos trabajamos en tres líneas: gestión, formación y alianzas». En este aspecto, Bankinter plantea tanto la accesibilidad física, con todos sus centros accesibles, «también en nuestros lugares de trabajo que nos permite tener una plantilla diversa y válida, independientemente si tiene tetraplejia o sordera»; accesibilidad digital, «hemos cambiado la tipografía a una más legible y podemos hablar de otros servicios adaptados como tarjetas en braille y un servicio de videollamada en lengua de signos, por ejemplo»; y cognitiva, con un lenguaje claro, «hemos adaptado un diccionario de finanzas a la lectura fácil».
Puestos sobre la mesa todos los programas desarrollados por estas entidades, un concepto aunó a todos los ponentes. Y es que la accesibilidad es beneficiosa para toda la sociedad. «Prácticamente todos los turistas llevan ruedas, porque se desplazan con trolleys, y con discapacidad intelectual, porque no conocen el idioma», ejemplarizó Jesús Hernández. «Y es que la accesibilidad afecta a todos».
Es lo que ocurrió al adaptar la Constitución Española a lectura fácil, a través de un acuerdo entre el Real Patronato sobre Discapacidad y Plena Inclusión. Una medida que acerca las leyes a todos los ciudadanos. «Al final todos recurrimos a las medidas de accesibilidad que se ofrecen», indicó Jesús Celada, «y es gracias al acuerdo de los tres sectores». Porque alcanzar una accesibilidad real es tarea de todos. «Los avances se dan gracias a tres actores: el primer sector, que son las administraciones públicas, el segundo sector, en referencia a las entidades privadas, y el tercer sector que es el sector social y de la discapacidad. Cualquier alianza entre las tres partes es garantía de éxito, y la filosofía de actuación del Real Patronato es a través de acuerdos».
«Pero el sector público tiene una responsabilidad fundamental», añadió Ana María López, «en la universidad pública debemos ser los que tiremos de la investigación y el avance en cuanto a las necesidades de las personas con discapacidad. En el caso de la discapacidad auditiva, muchas veces no hay ni siquiera términos técnicos en algunas asignaturas como ingeniería o programación, hace falta una labor de investigación para crear esos signos que permitan a las personas con discapacidad auditiva acceder a esa información, por ello desde la Universidad creamos un diccionario de términos técnicos signados que no lo estaban antes». No sería posible sin ir de la mano del sector privado y asociativo.
España goza de buena salud en materia de accesibilidad. «Me atrevería a decir que estamos en el top five con Japón, Australia, Estados Unidos y Canadá», aventuró Jesús Hernández. «España está francamente bien en materia de accesibilidad, aunque aún queda mucho por hacer, y no lo certifico solo desde el punto de vista personal sino que el baremo más objetivo es el resultado en los Premios Ciudad Europea Accesible del que soy jurado y que concede la Comisión Europea. Cada país lleva dos ciudades y en siete ediciones ya han sido premiadas once ciudades españolas, y el siguiente país en el podio tiene cuatro».
Este trabajo no solo es motivo de responsabilidad social, ya que también es beneficiosa para la empresa, ya sea por imagen o por abordar a una población mayor que acude a ellos. «Al fin y al cabo, la accesibilidad es señal de calidad», añadió Raquel Azcárraga. «Según unas encuestas de satisfacción, obtenían puntos más positivos las oficinas que tenemos certificadas en accesibilidad, sobre todo por parte de los mayores de 65 años». Se mantuvo de acuerdo Pedro Tomey: «no hay buen resultado si no se realiza una gestión integral de todos los grupos».
¿Y es caro lograr la accesibilidad universal? No, cuando se hace bien. «Cuando es muy cara es cuando se hace mal», dijo contundente Jesús Hernández, «220 millones de euros nos hemos tenido que gastar en este país para solucionar problemas, pero cuando se realiza el diseño para todas las personas desde el proceso inicial por supuesto que no es más caro».
Lo crucial es partir con la idea de accesibilidad desde los inicios, algo que también hacen en Bankinter. «Uno de los mayores éxitos es la incorporación de criterios de accesibilidad en el manual de obras para nuestros bienes inmuebles, a la hora de mejorar una oficina o abrir una nueva», aportó Raquel Azcárraga. Así tenemos un 99,5% de las oficinas accesibles para personas de movilidad reducida, eso no significa que sean accesibles para personas con otras discapacidades pero es un punto de partida muy favorable y las hacen potencialmente certificables en accesibilidad universal». Lo mismo ocurre en accesibilidad web, «hemos formado a los diseñadores para que sepan incorporar elementos accesibles, así la web nace ya óptima y no hay que hacer posteriormente ninguna modificación, que es cuando hay que realizar una inversión».
«Lo caro para una sociedad es que personas no tengan acceso a ciertos ámbitos, porque son muchas las que se quedarían al margen. A nosotros nos preocupan los estudiantes con discapacidad de secundaria y bachillerato que abandonan sus estudios», añadió Ana María López. Pero el interés de este colectivo existe, ya que son un éxito los programas de «Campus sin límites» que la Universidad realiza con la Fundación ONCE y el Ministerio para que chicos y chicas conozcan la oferta académica y los recursos que ofrecen.
En ese aspecto educativo, entra una problemática, «el exceso de proteccionismo por parte de los padres y la falta de autoestima», añadió Jesús Hernández. A lo que estuvo de acuerdo Ana María, «el problema es cuando tenemos que trabajar con los padres y madres, porque el proteccionismo los lleva a las aulas y a las tutorías, cuando deberíamos tratar solo con los chicos y chicas ya que son adultos y perfectamente capaces de gestionar su vida». Y es que el entorno de la persona con discapacidad juega un papel fundamental en el desarrollo de la vida de éste, desde su familia a sus compañeros de trabajo. «Cuando incorporamos a compañeros con discapacidad somos conscientes de que el entorno debe tener unas pautas, y en ese sentido tenemos un curso para todos los empleados del banco sobre las distintas discapacidades y también sobre la atención adaptada para clientes con discapacidad», indicó Raquel Azcárraga.
«Además, también es importante que la persona con discapacidad conozca las herramientas de las que puede disponer para mejorar su calidad de vida», aportó Concha Ramos, «concretamente nuestros servicio de Salud en Casa les acerca el utensilio que les permite ponerse los calcetines y, si solo tienen una mano, recurrir a una herramienta que hace de cuchillo y tenedor a la vez. Hay multitud de opciones que el paciente no conoce».
La mesa redonda finalizó con un vídeo que emocionó a los presentes y que aportó la Fundación ONCE a modo de ejemplo. Así, los asistentes pudieron escuchar al rapero Nash, quien compuso una canción sobre la importancia de tener la capacidad de comunicarse a todas las personas, con un nombre en concreto en mente: Santi. Santi, granadino y con parálisis cerebral, se puso en contacto con el rapero con un tuit escrito mediante el movimiento de su mirada con la tecnología de la compañía vasca Irisbond: «Hola, Nash, me encanta tu música y escribo esto con la mirada». La respuesta de Nash no se hizo esperar y llegó en forma de un conmovedor y comprometido rap.
La accesibilidad universal rondó toda la temática del debate, pero Jesús Celada, quiso puntualizar un aspecto para concluir: «La accesibilidad no es la finalidad sino un medio para la inclusión. Sin accesibilidad universal no hay inclusión que es lo que realmente buscamos los que trabajamos en este ámbito».